Cómo la inversión extranjera está transformando las economías latinoamericanas líderes

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En el año 2024, América Latina experimentó un notable incremento en la inversión foránea directa, con un aumento total del 7,1% en comparación con el año previo, sumando hasta 189.000 millones de dólares. Entre las naciones de la región que sobresalieron por este avance se hallan Perú, México y Brasil, que consiguieron progresos importantes en la captación de capital externo. Estos incrementos indican una confianza creciente de los inversionistas en estas economías, beneficiadas por la estabilidad política, el potencial de expansión y las condiciones propicias para el desarrollo empresarial.

Sin embargo, pese al incremento de la IED en la zona, la situación presenta complejidades que necesitan un estudio más profundo. A pesar de que los flujos de inversión foránea crecieron, la entrada de nuevos inversores se ha mantenido sin cambios, lo que demuestra que, aunque los países de América Latina se benefician de la reinversión de compañías extranjeras ya asentadas, la captación de nuevas multinacionales todavía confronta obstáculos.

Un estudio completo sobre el incremento de las inversiones foráneas

A escala regional, el incremento de la Inversión Extranjera Directa en 2024 se atribuye principalmente a la reinversión de beneficios de compañías extranjeras que ya operan en las naciones de América Latina, más que a la llegada de nuevas corporaciones. Esto ha cobrado especial relevancia en naciones como Perú, México y Brasil, donde las empresas establecidas han preferido reinvertir sus beneficios en lugar de repatriarlos.

Según Mine Doyran, profesora de la Escuela de Negocios de la City University of New York, este fenómeno refleja la mayor confianza que los inversionistas tienen en estos tres países. La reinversión de utilidades indica que las empresas extranjeras no solo están dispuestas a mantenerse en la región, sino que también confían en el potencial de crecimiento y en un entorno económico estable.

Perú: un ejemplo exitoso con inyecciones de capital nuevo

El ejemplo de Perú es único, porque a diferencia de otras naciones de la zona, gran parte del crecimiento en la inversión del extranjero en 2024 fue gracias a nuevos aportes de capital, lo que significa la llegada de capital fresco del exterior. Esta situación muestra la fortaleza de la economía peruana y su disposición hacia sectores importantes como la minería, la infraestructura y la energía, ámbitos donde las normativas son menos rigurosas en comparación con otros países de la región.

En 2024, la inversión extranjera directa en Perú creció en un 57%, llegando a los 6.800 millones de dólares. Este incremento fue impulsado por la revitalización del sector minero y el aumento de los precios de las materias primas a nivel mundial. Tres importantes proyectos anunciados en Perú —una nueva carretera de circunvalación en Lima, una planta de amoníaco verde en Arequipa y la ampliación de la mina de cobre y zinc de Antamina— también aportaron al crecimiento de la inversión extranjera.

México: el efecto del «nearshoring» y la inversión en producción

México, por su parte, experimentó un aumento del 48% en la IED, alcanzando los 45.300 millones de dólares en 2024. Parte de este incremento se atribuye al fenómeno del «nearshoring», que ha llevado a las empresas a trasladar sus operaciones más cerca del mercado estadounidense, especialmente debido a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Además, el sector manufacturero mexicano sigue siendo un atractivo para los inversionistas, quienes continúan confiando en el entorno comercial que ofrece el país.

Si bien las relaciones comerciales de México con Estados Unidos podrían estar influenciadas por los aranceles aplicados por el presidente Donald Trump a algunos productos, la confianza hacia el mercado mexicano continúa siendo sólida. La principal fuente del incremento de la IED en México es la reinversión de ganancias por parte de las empresas ya establecidas en el país, seguida de los préstamos corporativos.

Brasil: un crecimiento moderado pero sostenido

En Brasil, la Inversión Extranjera Directa aumentó un 14% en 2024, logrando llegar a los 71.000 millones de dólares. Similar a lo que ocurre en México, la mayor parte de este incremento se origina en las utilidades reinvertidas por compañías foráneas que ya están en funcionamiento en el país. El sector de la manufactura fue el principal destino de esta inversión extranjera, especialmente en campos como los derivados del petróleo, los biocombustibles y el coque, un material empleado principalmente en la industria del acero.

A pesar de los desafíos políticos y económicos que enfrenta Brasil, la llegada de inversión extranjera es una señal positiva para su economía, ya que sugiere que las empresas extranjeras siguen apostando por el potencial de crecimiento del país. Sin embargo, al igual que México, Brasil enfrenta incertidumbres políticas y económicas que podrían afectar la inversión extranjera en el futuro.

Desafíos y retrocesos en otros países de la región

Si bien Perú, México y Brasil lideran el crecimiento de la IED, otros países latinoamericanos enfrentan retrocesos significativos. Argentina, por ejemplo, experimentó una caída del 53% en la IED, mientras que Chile y Colombia vieron reducciones del 32% y 15%, respectivamente. En estos países, la incertidumbre económica, las políticas gubernamentales y los problemas sociales han afectado la llegada de capital extranjero.

No obstante, en la región de Centroamérica, los flujos de capital extranjero se incrementaron en cada país, sobresaliendo el caso de Panamá, que registró un incremento del 36%. Este hecho demuestra la solidez económica de la zona y la relevancia de Panamá como centro estratégico y financiero en América Latina.

Una perspectiva variada para la inversión en América Latina

El aumento de la inversión extranjera en América Latina en 2024 refleja la creciente confianza de los inversionistas en ciertos países de la región, como Perú, México y Brasil, que se benefician de la reinversión de empresas extranjeras y de condiciones favorables para los negocios. Sin embargo, el estancamiento en la llegada de nuevos inversores y las dificultades que enfrentan otros países latinoamericanos sugieren que la región aún enfrenta retos significativos.

Para Latinoamérica, el reto actual consiste en conservar este ímpetu favorable, atraer nuevas inversiones y asegurar que los beneficios del crecimiento económico sean duraderos a lo largo del tiempo. En esta línea, será esencial que los gobiernos de la región sigan promoviendo políticas que fomenten la inversión extranjera y la diversificación de sus economías.

Por Raul J. Gomzalez