Ejemplos de economía circular en grandes empresas reconocidas

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A medida que la sostenibilidad se convierte en un pilar fundamental para las grandes corporaciones, la economía circular ocupa un lugar estratégico en la transformación de los modelos productivos y de consumo. Frente al agotamiento de recursos naturales y el desafío ambiental, numerosas empresas líderes han implementado prácticas innovadoras basadas en el concepto de cerrar el ciclo de los materiales, priorizando la reutilización, el reciclaje y el rediseño de sus procesos. A continuación, se detallan ejemplos destacados de cómo algunas de las mayores empresas del mundo abordan la economía circular, junto con el análisis de sus impactos y metodologías.

Philips: iluminación como servicio

Philips, multinacional reconocida en el sector tecnológico y sanitario, ha sido pionera en el modelo de servitización dentro de la economía circular. Un caso emblemático es el servicio de iluminación ofrecido a través de “Light as a Service”. Esta solución consiste en que la empresa diseña, instala y mantiene sistemas de iluminación eficientes en edificios y espacios públicos; los clientes pagan por el uso de la luz, no por la adquisición del equipo. Así, las luminarias permanecen bajo la propiedad de Philips, que gestiona su mantenimiento, reparación y eventual reciclaje. Esto extiende la vida útil de los productos, minimiza residuos electrónicos y fomenta la innovación mediante el rediseño para facilitar la recuperación de materiales al final de su ciclo útil.

IKEA: reciclaje, reventa y alquiler de muebles

IKEA ha integrado la economía circular mediante diversas iniciativas, como la reventa de muebles usados y el reciclaje de materiales. En múltiples mercados, la empresa impulsa el programa “Second Life for Furniture”, donde los clientes pueden devolver muebles IKEA que ya no necesitan para ser reacondicionados y vendidos nuevamente. Además, desde 2020, han experimentado con proyectos piloto de alquiler de mobiliario, permitiendo a clientes y empresas rentar escritorios, sillas y estanterías. De esta forma, IKEA reduce el consumo de materias primas, promueve el consumo responsable y alarga la vida útil de sus productos. Igualmente, la compañía trabaja en el diseño modular para facilitar la reparación y sustitución de piezas.

Nike: uso de materiales reciclados y logística inversa

Nike ha evolucionado de una producción lineal a una gestión circular de sus productos mediante los programas “Nike Grind” y “Reuse-A-Shoe”. La empresa recolecta zapatillas usadas en sus tiendas o puntos de acopio y las transforma en granulados para su reutilización en suelas de calzado nuevo, pistas deportivas y materiales de obra civil. Gracias a esta iniciativa, se han reciclado más de 30 millones de zapatos desde los años 90. También ha apostado por incrementar el porcentaje de poliéster reciclado en sus prendas; según reportes recientes, el 75% de la ropa deportiva ya incorpora materiales reciclados, lo que contribuye significativamente a reducir la huella de carbono y el volumen de desechos.

Unilever: diseño ecológico y empaques retornables

Unilever, protagonista mundial en el sector de bienes de consumo, impulsa iniciativas de ecodiseño y disminución de residuos plásticos. Su enfoque abarca la transformación de envases para que puedan ser reutilizados, reciclados o compostados, estableciendo la meta de suprimir 100,000 toneladas de plástico virgen en sus productos para el año 2025. Esto se refleja en marcas como Dove, que ofrece refills y envases rellenables, y en asociaciones con supermercados para implementar áreas de recarga de productos domésticos. Unilever también ha puesto en marcha sistemas de logística inversa, recolectando envases en tiendas para su reciclaje.

Tesla y Renault: sostenibilidad en el sector automovilístico

La economía circular en la industria automotriz es crucial debido a la complejidad y el valor de los materiales empleados. Tesla ha establecido instalaciones de reciclaje de baterías, donde recupera metales valiosos y otros elementos para ser reutilizados en la fabricación de nuevas baterías. La empresa asegura que el 92% de los materiales esenciales de sus baterías pueden ser recuperados y utilizados en futuros procesos de producción.

Por su parte, Renault, mediante la planta de Renault Refactory en Francia, reacondiciona vehículos usados y componentes, ofreciéndolos con garantía de fábrica. Además, la empresa desmantela coches siniestrados para extraer piezas útiles, reduciendo significativamente la demanda de piezas nuevas y el impacto ambiental asociado.

Siemens: ciclo cerrado en la fabricación industrial

Siemens, líder en tecnología y automatización industrial, ha adoptado un enfoque conocido como “cradle to cradle” («de la cuna a la cuna») para la producción de dispositivos eléctricos. A través de la evaluación del ciclo de vida y principios de ecodiseño, Siemens garantiza que hasta el 80% de los componentes en su catálogo industrial son aptos para ser reciclados o reintegrados en los procesos de fabricación. Además, han desarrollado servicios de mantenimiento proactivo y reacondicionamiento de equipos, lo que extiende el tiempo de funcionamiento de las máquinas y disminuye los desechos.

Danone: sistemas de producción agroalimentaria sostenible

En la industria alimenticia, Danone ha modificado sus operaciones fomentando el uso de envases biobasados, procesos de compostaje y el aprovechamiento de residuos orgánicos. Iniciativas de prueba en España y Francia transforman los desechos de yogur y productos lácteos en biogás y abonos para la agricultura. Asimismo, a través de colaboraciones con agricultores locales, Danone incorpora la economía circular en toda la cadena, desde el suministro de leche hasta la distribución y manejo de los envases después de su consumo.

Implicaciones y retos empresariales

Estos ejemplos confirman que la integración de la economía circular no solo representa una herramienta ambiental, sino también un potencial diferenciador competitivo en el mercado global. Las empresas mencionadas demuestran que es posible combinar rentabilidad, innovación y responsabilidad social. No obstante, la adopción masiva de estos modelos sigue enfrentando retos asociados a la inversión inicial, la adaptación de infraestructura y la concienciación tanto interna como del consumidor.

El avance hacia modelos verdaderamente circulares exige rediseñar productos, repensar cadenas de valor y establecer colaboraciones entre empresas, gobiernos y consumidores. Las lecciones de grandes corporaciones impulsan un cambio sistémico que, más allá de ser una tendencia, se configura como el camino inevitable hacia una economía regenerativa y resiliente, en armonía con los límites planetarios.

Por Raul J. Gomzalez