En la provincia de Buenos Aires, la arquitectura dedicada al polo experimenta un auge sin precedentes. La Hache Polo Club, ubicado en General Rodríguez, se destaca como un proyecto que fusiona innovación arquitectónica, respeto por la tradición y una atención meticulosa al bienestar de los caballos, consolidándose como un referente dentro de la comunidad ecuestre argentina. Finalizado en 2024, el complejo fue impulsado por Hilario Ulloa, propietario y fundador, en colaboración con el estudio CFO Arquitectura, con el objetivo de ofrecer un entorno que eleve la experiencia de jugadores, visitantes y profesionales del polo.
Estilo vanguardista y operatividad
El desarrollo de La Hache Polo Club se centra en la integración estética y funcional. Los edificios de forma ovalada rodean un jardín central exuberante, que funciona como punto de encuentro y núcleo visual del complejo. La selección de materiales nobles —piedra, metal y madera— junto con una paleta de colores sobria en blanco, gris y negro, genera una atmósfera luminosa y abierta, donde la funcionalidad se alinea con la elegancia arquitectónica.
Los muros del clubhouse y de la sala de monturas principal fueron sometidos a un proceso experimental con cemento y ferrita negra, encerados para lograr un brillo distintivo que define la identidad visual del club. Cada detalle refleja la filosofía de excelencia que atraviesa todo el proyecto, desde la estética hasta la operatividad de los espacios.
Bienestar y confort animal
El bienestar de los caballos es fundamental en la planificación del club. Los establos disponen de 37 boxes ubicados en estructuras que promueven la ventilación y la protección contra las condiciones climáticas locales. Los techos y espacios abiertos protegen a los animales del sol y del viento, asegurando su comodidad durante todo el año.
El área de monturas principal se distingue por su diseño contemporáneo: techo ajedrezado en blanco y negro, paredes oscuras y ventanales de vidrio doble que proporcionan luz natural. El equipamiento metálico negro para sillas y bridas refuerza la identidad visual del espacio, mientras que otras cinco salas cumplen funciones operativas. Adyacente a esta zona, la sala veterinaria permite atención inmediata a los caballos sin necesidad de desplazamientos prolongados dentro del predio.
Combinar la vida en casa y comunidad
El club también contempla la vida de quienes lo habitan y trabajan. El edificio de los establos alberga cuatro apartamentos, tres destinados a petiseros y uno para el propietario, con vistas privilegiadas al jardín central. Este diseño refuerza la conexión entre la residencia y la actividad ecuestre.
El clubhouse mantiene la coherencia estética del complejo, con amplios ventanales que integran visualmente el interior con el entorno. Su distribución incluye un comedor conectado a la cocina, un living que se abre al jardín central con estufa a leña, y un bar con mesa de billar, combinando modernidad y tradición argentina. Las paredes negras enceradas replican el proceso aplicado en la sala de monturas, consolidando la identidad del proyecto.
Avanzando hacia un centro de lujo y tradición
La asociación entre Hilario Ulloa y CFO Arquitectura resultó en la creación de un lugar que no solo satisface las necesidades prácticas del polo, sino que también honra la cultura y el modo de vida argentinos. La Hache Polo Club es un ejemplo de arquitectura ecuestre que integra diseño, bienestar equino y experiencia social, estableciéndose como un referente para futuros proyectos en el país.

